Esta es mi historia en la docencia: soy egresado de la especialidad en Ingeniería Industrial en Electrónica y durante 6 años trabajé en el área industrial hasta que la empresa donde prestaba mis servicios cerró. Fue cuando se presentó la oportunidad de dar clases a nivel secundaria, solamente pretendía cubrir un permiso del maestro titular pero éste no regresó y ahora tengo casi 10 años a cargo de las materias de ciencias naturales (Biología, Física y Química) en éste nivel. Posteriormente se presentó la oportunidad de cubrir otra ausencia a nivel bachillerato en las asignaturas de Química y Física, ya involucrado en esto, no dudé en aceptarlas y ya tengo ocho años en el COBAED plantel Tayoltita. Definitivamente una vez que entré a la docencia, ya no me quedaron ganas de salirme y aquí sigo.
El ser profesor me ha brindado la oportunidad de enfrentarme a retos que han permitido superarme como persona, encuentro en esta profesión un estímulo de cada estudiante que asiste a la escuela en búsqueda de veredas que lo lleven a un desarrollo personal y profesional.
El ser profesor me ha significado un aprendizaje continuo, es prepararme de forma diaria para lo que pueda pasar en la clase del día siguiente, conocer fortalezas, debilidades, anhelos y sueños con los cuales podamos trabajar para que al final del semestre visualicen con mayor claridad el camino que deben seguir. Es por esto que las grandes satisfacciones se tienen cuando nos enteramos que un alumno va teniendo logros importantes en su vida, termina una carrera, forma una familia, pone sus conocimientos al servicio de los demás. También se tienen insatisfacciones al saber que no han alcanzado aquellos sueños que platicábamos o se confunden en el camino y no logran aquellas metas propuestas, pero en fin, la tarea es poner todo nuestro esfuerzo en cada uno de nuestros alumnos para que puedan llevarse el mayor número de herramientas que les puedan servir en su caminar cualquiera que sea su destino.
Mi práctica docente la inicio en el momento de conocer a los alumnos, en el primer día de clases, tratando de identificar sus personalidades, descubriendo las habilidades que poseen, detectando algunas debilidades que puedan ser fortalecidas, compartiendo con ellos experiencias, relatos de vida y detectando que conocimiento poseen al momento de iniciar el curso mediante un diagnóstico. Basado en esto y en el programa de estudios, elaboro la planeación de clase, partiendo de los objetivos que los alumnos proponen sin perder de vista los que plantea el programa y buscando estrategias que puedan servir para dar a conocer los temas y que el alumno pueda aprender con mayor facilidad dando prioridad a aquellas actividades donde el alumno pueda salir del aula, elaborar prácticas, aplicar dinámicas, sobre todo al inicio de los temas.
Un día de clases es una aventura porque no sabemos que pueda pasar, que se les vaya a ocurrir, que preguntas vayan a elaborar, que tema quieran profundizar o que cambios se tengan que hacer en la planeación para lograr el objetivo, que el alumno aprenda de forma significativa y logre poner en práctica sus conocimientos en el desarrollo de habilidades propias de cada uno de ellos. Una vez que me encuentro en el aula es importante mantener una constante comunicación para el correcto desarrollo de actividades para poder realizarlas y enriquecerlas con la participación de cada uno. Al término de la clase trato de identificar puntos importantes en los que se haya logrado una buena comprensión e identificar aquello que no quedó claro para retomarlo al día siguiente.
Al término del día reviso la planeación de la clase siguiente para hacer las modificaciones necesarias de acuerdo a lo visto en clase, temas, puntos o actividades que no se vieron poder retomarlas o en su caso para realizar un repaso del tema que se abordó durante este día. A mi forma de ver esta profesión es de tiempo completo puesto que en todo momento estamos trabajando, imaginando, inventando, ideando el: ¿cómo puedo mejorar mi siguiente clase?